martes, 30 de julio de 2013

Telemedicina en prisiones, un ejemplo de rentabilidad

Un gran amigo en todas sus ponencias, relativas a la actividad que realizaba al frente del programa de telemedicina del Servicio Extremeño de Salud, decía: "La telemedicina no es un lujo, es una necesidad y yo diría que en ocasiones una obligación.".

El Dr. Claudio Pelaez es un gran defensor del uso de la telemedicina y durante los diez años que ha estado al frente del programa de telemedicina del Servicio Extremeño de Salud, ha sabido desarrollar su uso, en todo lo que ha podido o le han permitido. Este programa de telemedicina comenzó su andadura por el año 2002 con su primer piloto y poco a poco aprendiendo a base de ensayo-error, se fue configurando y desarrollando un protocolo de trabajo que ha generado experiencia y un modelo asistencial en telemedicina contrastado y que es satisfactorio para los usuarios en aproximadamente un 90%, gracias a un fenomenal equipo de profesional que siempre ha colaborado.



Si quieren conocerlo más detenidamente les dejo un enlace al documental teclee33, realizado por Canal Extremadura y donde se puede comprobar en que consiste esta actividad médica.



Una de las apuestas que, desde la Junta de Extremadura, Servicio Extremeño de Salud y profesionales relacionados con la red de telemedicina, fueron más interesantes, fue llevar la telemedicina a un grupo de población con grandes dificultades de acceso al sistema sanitario que es la población reclusa en prisiones y no derivadas de la distancia física ya que las prisiones de Badajoz y Cáceres se encuentran ambas próximas a los núcleos urbanos más importantes y poblados de la Comunidad Autónoma, sino por las dificultades que genera el transporte de recluso, debido al uso de vehículos especiales, escoltas policiales, medidas de seguridad elevadas, etc..



De igual modo en el año 1994 el Departamento de Justicia Penal del estado de Texas (TDCJ), junto a la Universidad de Texas (UTMB), desarrollaron su programa de telemedicina con unos datos que arrojan unas 354000 teleconsultas realizadas en estos casi veinte años, que han generado unos ahorros estimados de 215 millones de dolares entre 1994-2000 y 1000 millones de dolares entre 2000-2010, estos ahorros no son achacables al 100% al uso de la telemedicina, sino también influyen factores como uso de formularios comunes, Historiales Clínicos Electrónicos (HCEs) y programas educativos entre pacientes y doctores, etc.., pero la teleformación, el uso de HCEs, etc.., también puede ser considerada una parte de la telemedicina y no solamente las teleconsultas clínicas.



Un claro ejemplo que invirtiendo en tecnología y con un buen uso, se pueden obtener datos muy importantes de ahorros económicos, tan a tener en cuenta en situaciones como las actuales. La telemedicina como siempre dice Claudio Pelaez, no es un lujo, es una necesidad y con estos datos de ahorro porque no una obligación.

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